La vitamina E es uno de los nutrientes esenciales, más indicados y más beneficiosos para los tratamientos de la piel, ya sea como un aporte mediante la alimentación, mediante la ingesta sintetizada en forma de comprimidos o mediante tratamientos cutáneos, ya que es uno de los ingredientes básicos de las cremas utilizadas, tanto en cosmética como en medicina.

La Vitamina E es la gran aliada de la juventud y la belleza de la piel por su acción antioxidante, rejuvenecedora, regeneradora y protectora de los radicales libres que causan el envejecimiento. Su propiedad más importante es la acción regenerativa sobre la piel, por lo que es utilizada médicamente para productos médicos cicatrizantes, para las quemaduras y para los efectos postoperatorios. Está presente en la mayoría de los tratamientos dermatológicos para pieles sensibles y para los tratamientos cosméticos antiedad.

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Al igual que la vitamina C, tiene un gran poder antioxidante, por lo que actúa sobre el deterioro de las células cutáneas, ya sea por envejecimiento, por efectos medioambientales o por el efecto de una prolongada exposición al sol, actuando como una sustancia protectora, por lo que está presente en muchas cremas de carácter preventivo

Hay muchas cremas que tienen entre sus ingredientes la vitamina E, pero su nivel de concentración suele ser muy bajo. Para el cutis hay unas pequeñas ampollas que se comercializan como cosméticos faciales y que tienen en su interior un concentrado de vitamina E en forma de aceite para al piel. En su forma sintética la podemos encontrar como capsulas vitamínicas (alfa-tocoferil acetato) que se pueden adquirir en farmacias, pero son la mitad de efectivas que la misma cantidad absorvida de forma natural. Lo más aconsejable siempre es el incorporarlo a nuestra dieta aumentando el consumo de los productos naturales que lo tienen.

La vitamina E se encuentra concentrada en algunos frutos secos y en los aceites que se extraen de ellos: las pipas de girasol y su aceite, las almendras, nueces, avellanas y sésamo y sus aceites, el aguacate y el germen de trigo son algunos de los nutrientes con una mayor cantidad de vitamina E.

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