El sentido de la estética y la belleza es algo muy personal que queda influenciado, además, por ciertos aspectos culturales. Aunque en nuestra clínica dental de Barcelona habitual nunca se lo imaginarían, por la importancia que le dan siempre a que nuestros dientes se mantengan siempre bien blancos, algunas culturas encuentran una gran belleza en los dientes completamente negros.
Sin embargo, en realidad, no es algo por lo que los profesionales de la clínica dental debieran llevarse las manos a la cabeza, dado que esto se consigue con un tinte, y no con suciedad.
Origen del Ohaguro
La costumbre ancestral japonesa, conocida como “Ohaguro” (literalmente, “dientes negros”), consistía en embellecer los dientes de las mujeres oscureciéndolos. Para conseguirlo, se utilizaba un tinte a base de óxido de hierro, sake y té, que había que emplear cada pocos días -o, incluso diariamente-, dado que cuanto más negros y brillantes fueran, más bonita se consideraba la sonrisa.
Esta práctica, además, se extendió fuera de Japón, hacia regiones del sudeste asiático, o incluso más lejos, como el noroeste de la India.
Las mujeres de la aristocracia llevaban a cabo esta práctica habitualmente, y más tarde, también los hombres la adoptaron. Con el paso de los años, se convirtió en un hábito entre las mujeres casadas o a punto de contraer matrimonio, sin importar su clase social.
De hecho, en el Japón antiguo, se llevaban a cabo matrimonios de conveniencia entre hombres adultos y niñas de entre 8 y 10 años, por lo que el ohaguro empezó a convertirse en una práctica de las mujeres consideradas cercanas a la madurez.
Las clínicas dentales occidentales de hoy nunca podrían imaginarse que las mujeres japonesas tintaban sus dientes de este modo para resultar más atractivas a los hombres. Porque, de hecho, se consideraba que unos dientes negros ocultaban la expresión de la boca, y tenía la misma función de aparentar misterio que cuando se tapaban la boca con una mano o con un abanico.
En la actualidad…
Hoy en día, esta práctica sólo se lleva a cabo por las aprendices de geisha, las maikos, antes de “graduarse” y pasar a ser auténticas geishas.
Por cierto, algunos escritos antiguos mencionan que este tinte empleado tenía un potente efecto anticaries… ¿Tú qué opinas?